En Galicia, el mar es más que un horizonte azul; es una fuente de vida y sustento. El cultivo del mejillón es una parte vital de esta relación marítima, una práctica que se extiende por la Ría de Arousa y se convierte en un espectáculo de sostenibilidad y sabor. Para aquellos que se embarcan en la ruta Traslatio, hay una parada especial que acerca a los pasajeros al corazón de esta tradición: la visita a una batea.
Una batea, con su estructura flotante de madera anclada en plena ría, es el punto donde el mejillón gallego comienza su camino desde el mar hasta nuestra mesa. A bordo de nuestra embarcación, nos acercamos lo suficiente a una de estas plataformas para que puedas ver de primera mano el proceso de cultivo del mejillón. Nuestro guía, con un pie en la cubierta y otro en la historia de nuestra costa, te contará cómo estas estructuras se convierten en hogar para los mejillones que se crían colgados de largas cuerdas sumergidas en el agua.
El proceso es un equilibrio de paciencia y cuidado, donde cada mejillón crece alimentándose del plancton natural que las corrientes traen consigo, en un sistema de acuicultura que Galicia ha perfeccionado a lo largo de generaciones. No es solo una cuestión de técnica; es un estilo de vida que respetamos y valoramos. Y mientras nuestro guía comparte contigo los secretos del cultivo, te sentirás parte de esta tradición marítima que tanto orgullo aporta a nuestra región.
Este acercamiento a una batea no es simplemente una parada más en la ruta; es una inmersión en la cultura gallega, un homenaje a la simplicidad y la complejidad de una práctica que ha modelado tanto nuestras costas como nuestra gastronomía. Después de esta experiencia, cada vez que degustes un mejillón, no solo saborearás su frescura, sino que también apreciarás la historia y el trabajo que lleva llegar a ser ese bocado de mar que todos veneramos.
Por eso, en la Ruta Traslatio, no solo navegamos por paisajes, sino que también navegamos por culturas y tradiciones. Te invitamos a conocer de cerca la batea, a entender el cultivo del mejillón, y a llevar contigo no solo imágenes y recuerdos, sino también el conocimiento y la apreciación de uno de los pilares de la Galicia costera.
